El principal proyecto de investigación tecnológica en Euskadi ha quedado frustrado. Los Gobiernos vasco y central han renunciado al llamado acelerador de neutrones, una instalación que permitirá estudiar alteraciones en el ADN y encontrar nuevos tratamientos contra el cáncer, un proyecto impulsado hace casi 10 años. Los 180 millones de euros contemplados se reducen a la mitad y el proyecto cambia totalmente: Euskadi no será la subsede de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación que va a construirse en Lund (Suecia), con 1.843 millones de euros de inversión, sino que se dedicará a fabricar y diseñar sistemas para la planta sueca.
La defunción de un proyecto que no ha causado más que problemas desde 2006 ha sido anunciado este martes por la secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela, y las consejeras de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, y de Educación, Política Lingüística y Cultura, Cristina Uriarte. “Estaba un poco fuera de nuestro alcance”, ha asegurado Tapia, en la misma línea que la secretaria de Estado de Investigación. “Ha tenido que ser redimensionado, que no quiere decir reducido", porque los objetivos planteados en un primer momento eran "bastante inaccesibles", se ha esforzado en explicar Carmen Vela. Todo lo contrario de lo que se decía hace solo cinco años.
El hecho es que el proyecto queda desvirtuado y se suma al chasco de 2006. Entonces la candidatura del llamado ESS Bilbao aspiraba a acoger la sede central de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación pero fue derrotada por los suecos. La solución fue convertirla en una subsede, con lo que la inversión era fuerte y la investigación científica-tecnológica persistía. Pero desde entonces el proyecto apenas ha ido avanzando, hubo controversias internas entre los responsables técnicos y el Gobierno vasco (se cuestionó con dureza la gestión del director científico Javier Bermejo) que llevaron el pasado año a nombrar un nuevo equipo, disensiones fuertes entre las administración central y vasca e incluso dentro del propio Gobierno autonómico. Y desde 2012 el Gobierno central no aportaba partidas para el desarrollo de la ESS Bilbao, lo que creó otro foco de conflicto. De hecho aún no se han comenzado las obras para la sede prevista en el Parque Científico de Leioa, junto a la Universidad del País Vasco, y el medio centenar de investigadores trabaja en el Parque Tecnológico de Zamudio. Tampoco se sabe si los 40 millones de euros invertidos hasta ahora en el proyecto podrán ser rentabilizados con el nuevo diseño acordado.
La anterior consejera de Educación, la socialista Isabel Celaá, ha cargado con dureza por la decisión adoptada, que asegura "da un golpe de gracia a la investigación científico-tecnológica en el campo de los aceleradores en este país" y ha censurado al PNV por "su ya conocido sometimiento a las decisiones del Gobierno de Rajoy". "Desde su arranque en 2006, todos creímos en ESS-Bilbao: gobiernos nacionalistas y socialistas. Solo ahora y por falta de respaldo económico paramos el proyecto", ha censurado.
El PNV, que dirige el Gobierno vasco, y el PP, al frente del Gobierno central, escenificaron el frenazo al que iba a ser el proyecto de referencia tecnológica en Euskadi, que desde que no logró la sede central en 2006 se ha ido desmoronando como un castillo de naipes.
