En la investigación en ciencias sociales el marco teórico de un análisis es el previo estudio crítico en profundidad de las presuposiciones y las herramientas (como la terminología) que se utilizan en el susodicho análisis. De hecho el marco teórico subyace a cualquier tipo de análisis en profundidad y está también presente los de tipo político o periodístico, la mayor parte de las veces de forma implícita. Todos, en el fondo, miramos al mundo a través de nuestro propio marco teórico, pero raras veces lo hacemos explícito o lo analizamos en profundidad. Cuando esa caja de herramientas mentales es ampliamente compartida se hace invisible y rara vez se cuestiona.
Pero a veces los marcos teóricos pasan de moda, o cambian, o evolucionan hasta hacerse irreconocibles. El fenómeno puede pasar inadvertido hasta que surge una situación externa que no se ajusta a lo preconcebido. Intentar encajar hechos en un marco teórico que no es el suyo produce tensión, irritación y un marcado desasosiego ideológico, sobre todo cuando los acontecimientos tienen además cierta carga de proximidad emocional. En las últimas semanas dos países, Ucrania y Venezuela, han estado en los titulares de la prensa de todo el mundo, y van a seguir estándolo por una temporada. Ambos casos desafían los marcos conceptuales previos; ambos suponen importantes riesgos para la estabilidad internacional, y un reto para la diplomacia de los países democráticos, además de serios conflictos morales. En el caso de Venezuela, además, existen con España unos intensos lazos afectivos.
El resultado es un marcado desasosiego entre los lectores de eldiario.es por la cobertura que se hace o no se hace; y de hacerse, por su dirección o posible sesgo.
Así José Manuel Alvarez Saavedra, de Vigo, querría ver más información y análisis sobre lo que ocurre estos días en Venezuela:
“Soy socio del periódico desde prácticamente su nacimiento, lo leo diariamente, creo que es un buen medio de comunicación y pienso seguir como socio, pero hay temas importantes de los que no estáis informando, por ejemplo de lo que está pasando en Venezuela, otros medios están dando información continuamente sobre este país, creo que de una forma tendenciosa. Echo en falta análisis serios e información veraz sobre los últimos sucesos y la realidad que se vive en Venezuela; país con el que muchos españoles tenemos lazos familiares y afectivos. Sin más un saludo y adelante.”
Para Juan Ignacio Cortiñas, desde Amsterdam, el problema es que se da poca información, y la que hay es pro-gubernamental:
“Hoy en Venezuela están sucediéndose manifestaciones en las principales ciudades del país, reclamando un cambio en las políticas del gobierno de Nicolás Maduro. Eldiario.es no ha cubierto ninguna de esas manifestaciones y ha dado, en cambio, cabida a opiniones como la de Pascual Serrano, que se alinean completamente con la propaganda del gobierno venezolano. He hecho esta reclamación a Juan Luis Sánchez y su única respuesta ha sido referirme al defensor del lector. Para cuando esto llegue a buen puerto, ya las protestas serán seguramente historia. ¿Por qué las manifestaciones turcas recibieron todo el apoyo y estas no? ¿Por qué eldiario.es no se posiciona ante las presiones del gobierno de Maduro para con los medios de comunicación?”
Aunque para Luis Miguel García, de Madrid, la cuestión es justo la contraria: la cobertura de eldiario.es no estaría explicando adecuadamente los motivos y tácticas de la oposición:
“Este articulo parece sacado de El Pais. Menciona una supuesta represión de la oposición venezolana y pasa por alto las técnicas golpistas que utilizan. Para leer estas tonterías ya tengo el ABC o La Razón. Me podría explayar en rebatirlo pero no tengo ni tiempo ni ganas. El articulo es lamentable y me avergüenza que en un diario del que soy socio se afirmen estas cosas así sin mas. Que bochorno.”
Preguntado al respecto responde el director, Ignacio Escolar:
“Los medios de eldiario.es son, a nuestro pesar, limitados. No tenemos aún una cobertura completa de la sección de internacional porque para eso necesitaríamos algo que hoy no nos podemos permitir: una buena red de corresponsales. Por eso, solo cubrimos algunas noticias parcialmente, pero no ofrecemos aún una cobertura total de los grandes temas de internacional. En el caso de Venezuela, no hemos ofrecido demasiada información porque no tenemos a nadie allí que la pueda proporcionar. A diferencia de Ucrania –donde ha dado la casualidad de que uno de nuestros colaboradores estaba allí–, no tenemos hoy en Venezuela a nadie que pueda informar con rigor de lo que está ocurriendo en el país.
Sí hemos hablado de Venezuela desde la opinión. Varios de nuestros articulistas han abordado el tema en distintos blogs: Contrapoder, Agenda Pública, Zona Crítica... Como ya he explicado varias veces, desde la redacción no fiscalizamos las opiniones de nuestros colaboradores, que por eso van firmadas. Por supuesto, seleccionamos a las personas a las que invitamos a opinar en eldiario.es. Es gente en la que creemos y de la que nos fiamos. Por eso no sometemos su trabajo a ninguna censura, aunque ni yo mismo comparto el 100% de las opiniones que publicamos.
El tema de Venezuela es uno de los que más divide a la izquierda en España y esa división se ha visto reflejada en nuestras páginas, como consecuencia de la libertad de cátedra que tienen nuestros articulistas. No ha sido una equidistancia buscada, sino el resultado de nuestra manera de entender la libertad de expresión. Cada día publicamos una decena de artículos de opinión y, salvo contadas excepciones (por ejemplo, esta semana pedimos a varias de nuestras firmas que analizaran el debate del estado de la nación), son los propios autores de los artículos y el equipo de editores de cada blog quienes deciden de qué van a opinar.
Creo que la mayoría de los lectores de eldiario.es son lo bastante inteligentes como para construir su propia opinión y lo bastante tolerantes como para entender que esa pluralidad de argumentos y esa libertad de pensamiento son una virtud. A diferencia de otros medios, nosotros no tenemos ningún interés económico en Venezuela: ni en contra del chavismo ni a favor (que también los hay). Podemos equivocarnos, pero no hay ninguna mano negra detrás.”
Hoy en día los análisis basados en el marco de la Guerra Fría han dejado de ser operativos. Lo que está ocurriendo en Ucrania o en Venezuela no es sencillo de encajar en un esquema de buenos y malos, Este contra Oeste, izquierdas contra derechas. En ambos casos tenemos imágenes muy similares de manifestantes contra policía antidisturbios, que se parecen también a otras que hemos visto recientemente en países como Egipto, Turquía, Grecia, el Norte de África o en el mismísimo EE UU (Occupy Wall Street). Y si las imágenes son similares sin embargo los gobiernos contra los que se dirigen son muy diferentes, como lo es la historia de cada país. La única constante es la de gobiernos establecidos contra revueltas populares antigubernamentales; ni siquiera todos los casos encajan en el esquema gobierno opresor/revolución liberadora. Aunque las imágenes sean similares las circunstancias no lo son, y desde luego ya no valen las sencillas y viejas certidumbres que acompañaban a los marcos teóricos únicos. Ahora cada caso es diferente, y precisa un ejercicio de comprensión propio y por tanto mayor esfuerzo. Las simplificaciones de antaño ya no valen; es necesario pensar. Sólo sabemos seguro que aplicar los viejos métodos y herramientas y culpar a los viejos fantasmas nos hará equivocarnos siempre.
↧
Cuando nos cambian el marco teórico: Venezuela
↧