No es nada ilegal ni tampoco algo extraño en política. Pero a muchos de sus antiguos compañeros del PP no les parece ético que Aleix Vidal Quadras haya ido engordando su hucha durante largos meses con los sustanciosos sueldos que ha percibido como eurodiputado del PP mientras preparaba el lanzamiento de una nueva formación.
Claro que era un secreto a voces. Por eso, cuando el pasado mes de enero anunció que se marchaba del partido en el que llevaba militando más de 30 años para integrase en Vox, a nadie le causó la más mínima sorpresa. Hacía mucho tiempo que el veterano político catalán no disimulaba su malestar personal con Mariano Rajoy, con el que nunca ha mantenido buena sintonía.
En realidad su marcha la venía fraguando desde junio de 2013, cuando decidió impulsar junto a Santiago Abascal y José Antonio Ortega Lara lo que sería el primer embrión de Vox, la plataforma Reconversión. El exdirigente del PP utilizó ese foro para lanzar aceradas críticas contra el Gobierno tanto por la politica territorial y económica como por el maltrato que a su juicio se les está dando a las víctimas de ETA.
Un balance de casi un año alejado públicamente de las doctrinas de su antiguo partido pero sin renunciar a su escaño de eurodiputado ni a la vicepresidencia del Parlamento Europeo (PE), cargo en el que fue elegido en representación del PP en el año 2004.
El pasado 27 de enero dio el salto definitivo y se marchó a Vox, formación por la que todo el mundo da por seguro que encabezará la lista a las elecciones europeas del próximo 25 de mayo.
Vidal sigue en Estrasburgo integrado en el PPE, aunque ya no forme parte de la delegación española. El reglamento lo permite ya que el escaño es personal. Tampoco Jaime Mayor Oreja, presidente del grupo -también discrepante con Rajoy-, le ha exigido que renuncie al acta. La única que públicamente lo ha hecho ha sido Alicia Sánchez Camacho, la actual lider del PP catalán. Según fuentes populares, la dirección del grupo tan solo le "comunicó" que a partir de aquel día se abstuviera de acudir a las reuniones de la delegación, "algo que ocurrió con toda normalidad", aseguran. Pese a su marcha, Vidal sigue manteniendo unas "cordiales relaciones" con muchos de los eurodiputados del PP, empezando por el propio Mayor Oreja, con el que coincide ideológicamente en muchas cosas.
Además de su escaño, también sigue ocupando su despacho y cuenta con los mismos asistentes, a los que paga directamente el Parlamento Europeo. Su sueldo mensual bruto, igual que el de todos los europarlamentarios, es de 7.956,87 euros, cantidad que se paga con cargo al presupuesto del PE, que es quien les ingresa la nómina. Una vez descontados los impuesto de UE, esa cantidad queda en 6.200,72 euros, al margen de que luego en España esté sujeta a la correspondiente declaración anual de la renta. El hecho de ser vicepresidente de la Cámara no le supone ningún plus en su nómina. Los europarlamentarios también cuentan con otros 4.299 euros al mes para "gastos generales", de oficina, pago de telefónos, compra de material informatico, gastos postales, etc.
Sus desplazamientos en tren y en avión, en primera clase, una vez justificados, son pagados por el Parlamento Europeo. Si viajan en coche se les abona 0,50 euros por cada kilómetro recorrido. En total, un europarlamentario puede percibir hasta 4.343 euros al año para estos menesteres (hoteles, parking....). A eso hay que añadir las dietas que perciben por sus estancias dentro y fuera de la UE por motivos de trabajo, claro.
Los eurodiputados del PP no pasan dinero de su sueldo al partido, como hacen otros grupos como el PSOE o IU-IC que "donan" una parte para colaborar con los gastos generales de sus respectivas formaciones.
Las elecciones europeas se celebran a finales de mayo pero los eurodiputados continuarán cobrando hasta primeros de julio, momento en el que se constituirá la nueva Cámara. Teniendo en cuenta que Vidal Quadras militan en Vox desde finales de enero, la cantidad que habrá percibido en esos cinco meses superará los 31 mil euros. Pero si nos remontamos a junio de 2013, cuando lanzó Reconversión y ya renegaba del PP, la suma de sus sueldos alcanzará los 74.500 euros. Una cantidad nada desdeñable para ayudar al nacimiento de un nuevo partido.
En el PP comparan su caso con el de la exdirigente socialista Rosa Díez que siendo eurodiputada renegó también durante largo tiempo de las doctrina de su partido y terminó dando un portazo a Zapatero. Sus compañeros le exigieron que no siguiera en Estrasburgo cobrando como eurodiputada socialista. Pero Díez tardó en renunciar a su acta. Finalmente lo hizo en agosto de 2007 para poder presentarse a las elecciones generales de marzo de 2008 bajo el paraguas de UPyD, la formación que surgió de la Plataforma Pro y que ella misma promovió con otros dirigentes politicos, algunos de los cuales están actualmente en Ciudadanos. Un recorrido muy similar al de Vidal Quadras.
El ex dirigente del PP catalán cumplirá 69 años en mayo, justo unos días antes de la esperada cita con las urnas. Lleva en la eurocámara desde 1999, 15 años ininterrumpidos. En el caso de no salir elegido, Vidal podrá cobrar una indemnización correspondiente a un mes de sueldo por cada año que haya sido europarlamentario, en su caso algo más de 93 mil euros. O bien puede optar por retirarse y acogerse a la jubilación a la que tienen derecho a partir de los 63 años. La pensión de un eurodiputado supone el 3,5% del sueldo de cada ejercicio anual completo de un mandato, aunque no puede ser superior al 70% en total. El coste de estas pensiones se sufraga con cargo al presupuesto del Parlamento Europeo.
Fuentes de la Cámara informan que la pensión máxima se alcanza con tan solo 10 años de cotización y como su baremo puede llegar como mucho al 70% del salario, a Vidal le supondrían unos 5.000 euros mensuales, el doble de la pensión máxima de España. Un retiro dorado.