Hace un año, Mariano Rajoy desgranaba en su discurso sobre el estado de la nación tres grandes medidas económicas: implantar el IVA de caja para los autónomos, un paquete de propuestas para fomentar el empleo autónomo y cambios en la contratación para intentar reducir el desempleo juvenil. Doce meses después, no hay grandes resultados de los que el Gobierno pueda alardear: la nueva forma de pagar el IVA no ha cuajado, el número de autónomos se mantiene y la contratación se ha precarizado aún más.
IVA de caja
Fue una de las medidas estrella del anterior debate: los autónomos podrían pagar el IVA una vez cobradas las facturas (el llamado criterio de caja) y no cuando se emiten, una vieja reivindicación de algunas asociaciones. Un año después, la medida no está totalmente implantada y hay muchas dudas sobre su aplicación. El Gobierno tuvo que ampliar hasta este mes de marzo el plazo que había dado para que los autónomos decidieran si acogerse o no a este régimen, debido a la desinformación y falta de conocimiento sobre el nuevo sistema.
Por otro lado, las asociaciones de autónomos aseguran que hay presiones por parte de las grandes empresas para que los profesionales por cuenta propia con los que trabajan no se acojan al nuevo sistema. Estas presiones podrían hacer que muchos profesionales por cuenta propia sigan facturando de la forma tradicional para evitar perder contratos.
Empleo autónomo
El autoempleo fue uno de los ejes sobre el que giraron las propuestas del presidente del Gobierno: reducir las cuotas a la Seguridad Social a 50 euros para los nuevos jóvenes autónomos, compatibilizar prestación de paro y trabajo autónomo durante un máximo de nueve meses, posibilidad de que los jóvenes autónomos recuperen su prestación de paro hasta cinco años después de iniciar su actividad por cuenta propia, capitalización del cien por cien de la prestación de desempleo para emprender un negocio...
La implantación de estas medidas ha sido irregular: en algunos casos, los sistemas informáticos de la Seguridad Social no estaban preparados para aplicar las nuevas tarifas. El número de autónomos se ha mantenido: en el último año, el número de personas que ejercen una actividad por cuenta propia ha pasado de 3.023.355 a 3.052.053, es decir, ha crecido en unas 29.000 personas, según los datos de Seguridad Social.
Contratación precaria
Los niveles alarmantes de paro juvenil hicieron que en su discurso Mariano Rajoy anunciara una batería de medidas para intentar fomentar la contratación de jóvenes y reducir su desempleo. La estrategia contra el paro juvenil se centró sobre dos ejes: facilitar la contratación precaria y bonificar a las empresas que contratan jóvenes.
Por un lado, el Gobierno amplió las causas por las que se podía hacer un contrato temporal: bastaba con ser joven para que una empresa registrara un contrato eventual, sin más justificaciones. Por otro, incentivó los contratos de formación y prácticas, y permitió que una misma persona pudiera encadenar estos dos tipos de contratos en una empresa, algo vetado hasta entonces.
Sin embargo, el paro juvenil apenas ha retrocedido, incluso a pesar de la caída de la población activa que sufre España. En el último trimestre de 2013 había 1.668.600 menores de 30 años en paro, 120.200 menos que un año antes, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Además, la tasa de paro juvenil registró un nuevo récord en enero: se situó en el 57,5%.
La precariedad ha aumentado: los contratos indefinidos han caído un 2,2% en el último año mientras que los temporales han crecido un 16%. Los de formación se han disparado un 79% y los de prácticas han subido un 21%.