Ucrania tiene desde el sábado dos gobiernos. En la capital, la oposición controla el Parlamento y las calles ante el vacío de poder creado por la decisión de Viktor Yanukóvich de viajar el viernes por la noche a la ciudad de Jarkov, en el este del país. Los manifestantes han ocupado el palacio presidencial y la residencia oficial del presidente, sin que se hayan producido incidentes violentos. La policía ha abandonado las calles e incluso el mando de las fuerzas especiales del Ministerio de Interior ha prometido lealtad al Parlamento.
En la otra punta del país, Yanukóvich ha reaparecido con un mensaje grabado con el que ha desmentido los rumores de su dimisión. Desde la ciudad oriental de Jarkov, donde cuenta con muchos más partidarios que en Kiev, ha calificado de "golpe de Estado" los acontecimientos de las últimas horas.
Yanukóvich dice que no tiene ninguna intención de dimitir o de abandonar el país. "Soy el presidente legítimo", ha dicho en el mensaje transmitido por una cadena de televisión. Ha llegado a decir que los sucesos ocurridos en Kiev son similares a la toma del poder por los nazis en los años 30.
Precisamente, en Jarkov se han reunido cerca de 3.000 dirigentes políticos de las regiones del sur y este del país en una asamblea que no ha reconocido la legitimidad de las decisiones del Parlamento. A esa reunión han asistido varios políticos rusos, entre ellos el presidente de la Comisión de Exteriores de la Duma.
Libertad para Yulia Timoshenko
El Parlamento ha aprobado con 322 votos a favor la puesta en libertad de la líder del partido opositor Unión Panucraniana Batkivschina (Patria), Yulia Timoshenko. Su hija se ha dirigido a la ciudad de Kharkiv para reunirse con su madre después de que el Parlamento aprobara su libertad. Yevgenia Timoshenko tiene previsto encontrarse este sábado por la tarde con su madre, condenada en 2011 a siete años de cárcel por malversación de fondos públicos en un acuerdo de compra de gas.
Tanto la exprimera ministra como varios gobiernos europeos denunciaron que la condena se debió a motivos políticos por su enfrentamiento con el presidente Viktor Yanukóvich.
Oleksander Turchinov, nuevo presidente del Parlamento
En una demostración de que es la oposición quien controla la situación en Kiev, el vicepresidente del partido de oposición Batkivshchyna (Patria) de Timoshenko, Oleksander Turchinov, ha sido nombrado nuevo presidente del Parlamento ucraniano horas después de la dimisión, supuestamente por motivos de salud, de su predecesor Volodymyr Rybak, aliado de Yanukóvich—, con los votos a favor de 288 diputados.
Los miembros del partido de las Regiones, el de Yanukóvich, han votado a favor de Turchinov.
PHOTO: Protesters gather outside Ukrainian Parliament building in #Kievhttp://t.co/YiubHXxHMepic.twitter.com/fynMA2j99E
— RT (@RT_com) febrero 22, 2014
El opositor Avakov, nuevo ministro de Interior
Una de las primeras votaciones del nuevo Parlamenteo ucraniano ha sido la del nombramiento del diputado de oposición Arsen Avakov como nuevo ministro del Interior. Avakov desempeñará el cargo en funciones hasta la designación de un Gobierno de unidad. El opositor ha sido validado con 275 votos a favor en la Rada Suprema y sustituye en el cargo a Vitaly Zakharchenko, cuyo cese fue aprobado este viernes por el Parlamento.
La sede presidencial, tomada
Antes de la dimisión de Ribak, los manifestantes de la Plaza de la Independencia han anunciado que han tomado el control de la sede de la Presidencia en Kiev, con intención de "asegurar el edificio". Además, y según medios locales, también ha sido tomada la residencia particular de Yanukóvich.
La toma de poder se ha realizado de manera completamente pacífica por la ausencia de fuerzas de seguridad en la sede, que protegían hasta ayer. De igual modo, en el interior del edificio no parece encontrarse ningún funcionario.
"El presidente (Viktor) Yanukovich no está aquí. Ninguno de sus oficiales, nadie relacionado directamente a su administración está aquí", declaró a Reuters, Ostap Kryvdyk, en los terrenos de la sede de la Presidencia. De momento, los manifestantes no tienen intención de entrar en el edificio.