“Estaba en el agua llorando, suplicando a la Guardia Civil para que viniese a salvarme, pero nadie vino. Sólo Dios me salvó”. Desde Tánger, Iker –nombre ficticio–, de 23 años, pide, por favor, que le creamos. Aún no sabemos con certeza si recibieron bolazos de goma en el agua, si sus cuerpos se perdieron en un lado o en el otro, si murieron por asfixia o por aplastamiento, a causa de una avalancha humana o tras los nervios provocados por la intervención con material antidisturbios.
Hay algo que sí sabemos: pasara lo que pasase, fuese donde fuese, nadie les socorrió a tiempo. Nadie avisó a Salvamento Marítimo. Nadie avisó a Cruz Roja.
Desde la Guardia Civil aclararon en todo momento que, a pesar de la magnitud de la tragedia, no podían participar en las labores de auxilio, ya que –al menos según su última versión– todas las muertes se produjeron en aguas marroquíes donde, insisten, sólo pueden actuar con consentimiento de Marruecos. Pero en un comunicado oficial, la Guardia Civil vuelve a desenmascarar sus propios argumentos.
El Instituto Armado ha lanzado este mismo martes una nota oficial para aclarar otro episodio diferente al de la tragedia de Ceuta. Se trata de un vídeo publicado por la ONG de Melilla Prodein en el que se ve cómo en agosto del año pasado una embarcación de la Guardia Civil arrastra a nado a dos personas hasta territorio marroquí.
Para defenderse de las acusaciones de deportación ilegal, el comunicado dice que no se trata de una deportación porque las imágenes reflejan el “rescate de dos nadadores, en aguas marroquíes, cuando trataban de llegar a nado hasta España", pero antes de entrar en sus aguas. En aguas marroquíes. Y añaden: "En ningún momento estas personas estuvieron en aguas españolas, por lo que no se puede hablar de deportación ilegal".
Al aclarar el episodio de Melilla, sin saberlo estaban desmontando su excusa para no haber dado auxilio en la frontera de Ceuta el pasado jueves. Tanto el vídeo como el propio comunicado demuestran que en ocasiones los agentes de la Guardia Civil navegan por aguas marroquíes si lo consideran necesario. El pasado jueves no lo hicieron.
“La 'Guardia' nos detectó [a los inmigrantes] dos horas antes, ¿por qué no avisó a la Cruz Roja española si vieron que nos estábamos ahogando?, se pregunta Stephane –nombre ficticio–, en conversación con Desalambre desde Tánger. Ellos [la 'Guardia'] sólo disparaban pelotas de goma. Los únicos que nos auxiliaron un poco en el agua, sorprendentemente, fueron los policías marroquíes”, continúa el camerunés.
No es el único testimonio que nos llega en esa dirección. “Cerca de cuarenta minutos después de la tragedia vino una ambulancia a recoger los cuerpos, pero a mi alrededor no vi ningún médico en la playa. Después de una hora, llegaron los buzos para empezar a recuperar los cuerpos”, detalla este joven de 21 años.
Cruz Roja Ceuta ha confirmado a eldiario.es que no recibió el aviso. “Nuestro Equipo de Respuesta Inmediata está preparado las 24 horas del día, los 365 días del año. Quiero decir que, cuando nos llaman, estamos”, deja caer a eldiario.es un portavoz de la institución humanitaria. “Generalmente no actuamos en el agua, sino para dar los primeros auxilios en tierra”, matiza. “Tan sólo actuamos en mar cuando son lugares donde las embarcaciones de la Guardia Civil no pueden acceder –debido a su mayor tamaño–”.
Desde Cruz Roja aseguran que no pueden entrar en territorio marroquí, a no ser que lo solicite Salvamento o la Guardia Civil por algún motivo concreto, con previa autorización alauí.
Pasamos a Salvamento Marítimo. “No se recibió ninguna llamada de aviso”, aseveran desde el organismo. También admiten que podrían efectuar intervenciones en aguas marroquíes si se lo solicitasen. Pero nadie pidió su colaboración. Ni Marruecos, ni España. Desde la Guardia Civil añaden que tanto sus embarcaciones como las de Salvamento suelen emplearse para los rescates en alta mar y, según su versión, las muertes se produjeron en la orilla.
"Me apoyé en la balsa de la Guardia Civil, y empezaron a disparar pelotas de goma y gas lacrimógeno"
Pero la gravedad de las acusaciones de los supervivientes sobrepasan la falta de auxilio. "La Guardia Civil rechazó auxiliarnos en el agua. Me apoyé en su balsa, estaba detrás de los agentes, y empezaron a disparar pelotas de goma y gas lacrimógeno", sentencia convencido Stephane; de sus palabras, aún se desprende su sorpresa. "No sabía qué hacer. Nosotros siempre vemos a la 'Guardia' como los buenos; cuando vi lo que hacían, di la vuelta y regresé a nado a la playa".
Estos testimonios, recopilados directamente por Desalambre, se suman a algunos de los incluidos en la denuncia presentada por varias ONG en la Fiscalía General del Estado, donde otros supervivientes de la tragedia declaran el uso de material antidisturbios desde una barca y no únicamente desde el espigón. Interior, Guardia Civil y Delegación del Gobierno en Ceuta lo niegan.
El testimonio de Stephane concuerda con el de su amigo Iker, quien relata: "Al principio, cuando estaba en el mar viendo cómo nos disparaban, pensé que era la policía marroquí. Pero no, después vi que era la española", dice el camerunés de 23 años, quien asegura que el Instituto Armado utilizó el material antidisturbios desde dos puntos. "En un primer momento sólo desde el espigón. Eran cerca de 10 agentes. Unos diez minutos después, apareció una barca con cuatro 'guardias' y continuaron el mal trabajo que iniciaron aquella mañana. La balsa estaba entre la zona marroquí y la española, donde acaba la desviación", explica Iker a eldiario.es.
Después volvió a la playa y vio de cerca el horror que días después quedó reflejado en varios vídeos. "Cuando vi su cadáver me quedé en shock", confiesa al recordar su llegada a la orilla. Allí, tirado, estaba Keita Ibrahim, su compañero de 'búnker' en el bosque.
No estaba la Guardia Civil, no estaba Cruz Roja, no estaba Salvamento, pero tanto Stephane como Iker mencionan a un camerunés de 18 años con admiración. "¿Quieres saber quién sacó todos esos cuerpos del agua?", pregunta Iker, después de comentar uno de los vídeos que muestran la desesperación vivida a escasos metros del mitificado territorio ceutí, a la vista de agentes españoles. "No sé su nombre, sólo le conozco de verle en el bosque, pero sé que él ayudó mucho".
Más allá de la ausencia de auxilio, los numerosos testimonios recogidos tanto por eldiario.es como por la ONG Caminando Fronteras lograron demostrar el uso de material antidisturbios como método para frenar la entrada de inmigrantes a Ceuta. Desde Interior aseguran que únicamente se disparó, y siempre al aire, cuando los subsaharianos estaban en tierra; pero unasimágenes de la Agencia Atlas han demostrado que, cuando ya había personas en el agua, el sonido de disparos continuaba.
Mientras diez personas han muerto y cinco cuerpos están desaparecidos, las contradicciones sobre lo que pasó no dejan de crecer. Este jueves, el ministro de Interior, Fernández Díaz, comparece en el Congreso para explicar cuál es la nueva versión oficial definitiva.