Cuando la Junta de Castilla y León adjudicó a un consorcio privado el negocio del nuevo hospital de Burgos, el presidente autonómico, Juan Vicente Herrera, prometió tres cosas: que sería más barato, más rápido y que no aumentaría la deuda pública. Ninguno de los tres compromisos se cumplió. La Junta ha tenido que avalar un crédito de 128 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones para su construcción. Se suponía que estaría inaugurado en 2009 y no abrió hasta el año 2012. Y estaba presupuestado en 242 millones de euros, pero ya lleva gastados más del doble, 528 millones.
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