Patrocinadores, mecenas, benefactores, colaboradores, amigos..., nombres distintos para decir lo mismo: la incorporación cada vez mayor de otras formas de financiación privada a las instituciones culturales para seguir haciendo viable su actividad. Con la reforma de la Ley de Mecenazgo, sin fecha ni prisa ni movimientos, y la merma progresiva de las subvenciones a los museos, teatros e instituciones culturales, no les queda más remedio que hacer encaje de bolillos con sus presupuestos para mantenerse y autofinanciarse.
La venta de entradas sigue siendo la mayor fuente de ingresos propios, a pesar de la caída de visitantes en 2013 en los museos o de la venta de entradas en el Real, pero el patrocinio es la fórmula que más se ha implementado en estos años de crisis, hasta convertirse en una de las claves para la viabilidad.
El 70% de los ingresos del Museo del Prado en 2013 fueron propios y, de estos, el patrocinio representó el 30%, es decir, un 15% del presupuesto total. En el Teatro Real los ingresos por patrocinio se han incrementado un 95% entre 2008 y 2013; este año tienen previsto que suban a 10,4 millones.
Los directores y gerentes de los principales museos y teatros españoles repiten que es necesario incorporar a la sociedad civil en la cultura y reclaman una nueva Ley de Mecenazgo. Porque, precisan, además de los beneficios fiscales para las empresas, es la manera de sembrar la semilla de la implicación y la promoción del patrimonio cultural. Eso sí, sin olvidar, que la financiación pública siempre tiene que existir.
Teatro Real de Madrid
El modelo que ha presentado este año el Teatro Real es de 30-30-30. Es decir, 30% de financiación pública, 30% de privada y 30% más de ingresos propios. "Ahora estamos en el límite de la sustentabilidad. La financiación pública siempre tiene que existir –dijo Ignacio García Belenguer, director general de la institución el año pasado en una entrevista en Cinco Días–. La ópera es parte de la cultura y el Estado debe apoyarla como elemento propio de la identidad de un país. Pero ahora intentamos complementarla con los aportes de las entidades privadas. No hay un desplazamiento de lo privado a lo público, sino una compatibilización de ambas instituciones".
El presupuesto para 2014 del Real es de algo más de 42 millones de euros, un 0,98% menos que en 2013. Las subvenciones públicas constituyen un 30% y suman 12,8 millones de euros (8,7 millones aportados por el Ministerio de Cultura, 3,4 millones por la Comunidad de Madrid y 659.296 euros del Ayuntamiento de la capital).
Se mantiene estable respecto al pasado año, tras el notable recorte que se ha venido produciendo desde 2009, cuando las ayudas públicas eran de 27,7 millones. El 70% restante son ingresos propios: 30% de patrocinadores por un lado; 30% de taquilla, alquileres de espacios y otras actividades del teatro por el otro. El 10% final corresponde a otras actividades relacionadas con la marca del coliseo.
La institución prevé ingresar este año 10,4 millones de euros por patrocinio, un 17,97% más que en 2013 y el doble de 2008, cuando se ingresaron 5,3 millones. Después de 10 años trabajando con estas políticas, el Real cuenta con 88 empresas patrocinadoras, mecenas o colaboradoras (las tres fórmulas que establece), que van desde Telefónica hasta Mutua Madrileña, la Fundación Repsol, Ono, Renfe o Loewe Foundation.
Por último, el resto de ingresos propios conformarán 18,5 millones de euros. La previsión de ingresos por ventas se sitúa en 14,7 millones de euros (el 35,08% del presupuesto y un 1,6% más que el año pasado) y los ingresos derivados por otras actividades se sitúan en 3,8 millones (9,25% del total), con una previsión de incremento en este apartado de un 43% respecto a 2013.
Gran Teatre del Liceu de Barcelona
En el Liceu no pasan por el mejor momento económico. El presupuesto no hace más que mermar y la deuda que acumula el teatro catalán han llevado a la institución a presentar un Plan de Viabilidad Económica para los próximos tres años (2014-2017). “El Liceu no ha sabido reaccionar a todo lo que estaba pasando”, decía categórico hace unos días su nuevo director general, Roger Guasch. La última temporada se ha cerrado con un déficit de cerca de 4,7 millones de euros y una deuda bancaria de 15,7 millones de euros, tras un incremento de un 11,7 % en 2013.
Tienen una deuda a proveedores de 3,9 millones y una deuda del IRPF e IVA aplazado de 2,75 y 0,3 millones respectivamente. El director general fijó la necesidad total de tesorería en 16,7 millones hasta 2016. Aunque se ha descartado el ERE previsto para julio de este año, Guasch dejó claro que habrá ajustes de plantilla o "buscar alternativas (a los despidos) como ajustes salariales globales".
Comparando las cifras de esta temporada con la de 2007, no sólo han caído las funciones (un 40%), los abonos (29%) y los espectadores (39%). El presupuesto para este año, de 39,2 millones de euros, también ha disminuido un 32% (en 2007 eran 57 millones) y la aportación de las administraciones, de 18,6 millones (6,5 millones el Estado, más de 8 millones la Generalitat, 2,5 millones el Ayuntamiento y 1,4 millones la Diputación), supone un terrible descenso desde los cerca de 29 millones de euros de entonces. Bajan también los ingresos propios, 12,2 millones frente a los 18,8 millones de 2007.
El único respiro es un tímido incremento del mecenazgo desde 2012, que ha pasado de 110 empresas a 138. Pero es más bien una lenta recuperación: las cuentas reflejan unos ingresos por patrocinios de 6,7 millones de euros esta temporada, cifra inferior a los 6,9 millones de 2007 y que en la temporada 2011-2012 había caído a 4,8 millones de euros.
Esta es, junto con la consolidación del gasto, uno de los pilares del plan de reajuste del nuevo equipo directivo del teatro: "salir a venderse”, en palabras de su director. Y uno de los focos de acción ante la actual situación económica será buscar mecenas en Estados Unidos con la Liceu Barcelona Opera House US Foundation, una fundación sin ánimo de lucro creada por la propia fundación del teatro y la sociedad de inversión Levante Capital Partners, que hereda Guasch de su antecesor en el cargo, Joan Francesc Marco. El exdirector decía el pasado marzo que han depositado grandes esperanzas con esta fundación, que tiene sede en Nueva York: "En el primer año esperamos obtener 100.000 euros”.
Teatro de la Maestranza de Sevilla
"Estamos siendo muy flexibles. Si nos mantenemos es porque vimos venir la crisis en 2009 e hicimos un gran control del gasto pero sin reducir la calidad de nuestra programación. Eso es lo que nos ha permitido seguir sobreviviendo e ir adaptándonos a la realidad según venía. El único secreto para salir adelante ha sido la flexibilidad", explica Remedios Navarro, directora del teatro sevillano, a eldiario.es.
El Teatro de la Maestranza cuenta esta temporada con un presupuesto de 8,9 millones de euros (la pasada eran 9,8) pero "la gran bajada la llevamos viviendo desde 2009". La temporada pasada fue la más dura para la institución andaluza, cuando el Ministerio de Cultura recortó su subvención en un 50% dejándola en poco más de un millón de euros (frente a los 2,1 millones de 2012) mientras al Real y al Liceu le recortaba el 33%.
"Fue un agravio. Nos movimos para que nos instalaran en ese 33%, pero no se consiguió. La corrección ha llegado este año", cuenta Navarro. Esta temporada reciben algo más de 4 millones de fondos públicos (1,2 millones del Estado, 1,4 millones de la Junta de Andalucía, 913.331 del Ayuntamiento y 456.000 de la Diputación, que además podría ser el último año en el que la administración provincial ingrese ayudas, como ha manifestado su presidente). El resto, algo más de la mitad de su presupuesto, sale de sus ingresos propios.
Además de la taquilla, los alquileres y otras acciones como un nuevo tour por el teatro que están impulsando, el control del gasto y los patrocinios son dos cimientos para su supervivencia financiera. "Los patrocinios siempre han funcionado –explica Remedios Navarro–. Comenzaron en la temporada 94-95 y, a pesar de que en los últimos años hemos tenido que remontar las fusiones de los bancos, se sitúan en torno al 6,2% del presupuesto (5,8% en la pasada)". Lo que vendría a ser alrededor de medio millón de euros.
"Complementa nuestra financiación pero en el mundo de la ópera las administraciones tienen que estar porque, si no, es imposible salir adelante –especifica Navarro–. Y es fundamental que bajen el IVA de las entradas a niveles de Europa –nosotros sólo hemos aplicado un 6,5% de la subida–, y establezcan una Ley de Mecenazgo atrevida que implique a la sociedad civil. Ojalá se planteen algo como el modelo francés, donde la desgravación fiscal es del 60%". En la actualidad, en la ley española (de 2002) la deducción es del 25% para los particulares y del 35%, para las empresas.
Museo Nacional del Prado
La autofinanciación ha constituido una de las máximas del Museo del Prado en la última década, desde que se aprobara su ley de autonomía en 2003. Actualmente el 70% de sus ingresos proceden de recursos propios, de los que el 30% son aportaciones de instituciones privadas, un 15% del presupuesto total.
"Ha sido la forma de crecimiento a partir de la crisis y la bajada de las aportaciones públicas, que ha sido de un 60% en los últimos tres años. Inevitablemente, en este escenario los recursos propios adquieren más importancia. Hay que equilibrar la balanza ajustando gastos en programación y retribuciones, y tratar de incorporar nuevos recursos e ingresos", asegura Miguel Zugaza, director del Museo del Prado.
El presupuesto para 2013 fue de 38,4 millones de euros, que este año ha crecido hasta los 39,1 millones. La parte procedente de la subvención estatal se situó en 2013 en 11,2 millones y en 2014 se ha establecido en 11,3.
De los ingresos propios, la mayor parte proceden de la venta de entradas, a pesar de la caída del año pasado (12,5 millones en 2013 y 12,3 millones en 2014), y el patrocinio (de 6.000.000 a 6.035.000). A esto hay que sumar la parte procedente de la comercialización de productos, la cesión de espacios y otros ingresos. Las fórmulas de patrocinio van desde las donaciones, como la última de la familia Várez Fisa, a la incorporación de las empresas privadas, como colaboradores, protectores o benefactores.
Estos últimos son de carácter corporativo, con convenios de colaboración a medio plazo que se firman por cuatro años y con una aportación superior a los 600.000 euros. Entre ellos, La Caixa patrocina el programa educativo; Telefónica, la atención a los visitantes y la página web; y las Fundaciones BBVA o AXA, los programas expositivos.
Además, añade Zugaza, la Fundación Amigos del Museo del Prado promueve las vinculaciones individuales y cuenta ya con más 26.000 amigos, convirtiendo al museo en "una de las instituciones culturales españoles con más adhesiones del ámbito privado".
Pese al éxito de la fórmula, Zugaza pone sobre la mesa dos aspectos claves. Por un lado, "en España no existe una dimensión del mecenazgo suficiente para mantener toda corresponsabilidad al servicio público". Él también aboga por una mejora de la Ley de Mecenazgo que no busque contentar a los lobbies privados, sino que premie la aportación privada al ámbito público. "Es muy importante que la sociedad y las empresas en particular que apoyen a las instituciones públicas tengan un mayor reconocimiento fiscal. Y será muy positiva, no sólo para los museos y la cultura, también para los investigadores, la salud, las universidades...".
Aun así también deja claro que "el tejido cultural español es público y hay que reivindicarlo. El Prado puede [autofinanciarse] pero hay muchos que no pueden. No es un modelo exportable. Sería un error en España, con la tradición y el volumen de patrocinio, vincular el futuro a la autofinanciación –concluye Zugaza–. Tiene que volver el presupuesto público a apoyar el tejido cultural en general y a los museos en particular".
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
La estrategia del Reina Sofía pasa por salir de España. Así lo aseguraba en una entrevista a Expansión su director, Manuel Borja-Villel, al declarar que "el Reina Sofía buscará mecenas en Nueva York". Según el subdirector general gerente del museo, Michaux Miranda, el patrocinio se ha duplicado pasando de medio millón de euros hasta llegar el año pasado a 2,5 millones y se prevé que este año y el próximo ascienda hasta los 3 millones.
El presupuesto del museo para este año es de 33,2 millones de euros: 22,9 millones procedentes de la transferencia del Estado –el 69,02%– y 10,2 millones –el 30,97%– de recursos propios, donde se encuadran esos 2,5 por patrocinios. Los ingresos propios han crecido de 4 a 10 millones entre 2011 y este año, pero la subvención pública ha bajado de 41,1 millones a 22,9. Por eso ha habido que "buscar nuevas vías para seguir manteniendo la actividad del museo, remplazar lo perdido de las transferencias del Estado y, sobre todo, que la merma que lamentablemente ha habido no se vea desde el lado del público".
Esas vías han pasado por una mayor eficiencia del gasto –renegociando contratos o alternativas: desde el personal hasta las facturas de electricidad, telefonía o limpieza–, seguir explotando actividades como los alquileres de espacios, recortar la partida de inversión –que se destina a adquisición de obras de arte y mantenimiento, conservación, ampliación de la zona expositiva, y que ha pasado en cinco años de unos 16 millones a 2– y la ampliación del patrocinio.
A mecenas y colaboradores ha sumado los patrocinios corporativos de empresas privadas a largo plazo como Obra Social La Caixa (apoya la actividades culturales ), Fundación Mutua Madrileña (atención al visitante), Fundación Banco Santander (programa educativo), Fundación Mapfre (conservación y restauración) o Fundación Abertis (que el año pasado patrocinó la exitosísima exposición de Dalí).
También se está avanzando en patrocinios de pequeñas empresas, aunque siguen siendo residuales. "Hay inversores particulares pero hay que potenciarlo, no por cuestiones económicas, sino para tener su apoyo. En este sentido las acciones de microfounding pueden generar sinergias muy importantes".
A juicio del gerente del Reina Sofía, "partimos de que en España no hay una base cultural previa" de mecenazgo. "La ley es fundamental. Habría que ver cuál es el margen económico, pero un incentivo fiscal sería importante para que las empresas y los particulares tengan otra razón para colaborar con la cultura. Generaría una sinergia que inicialmente sería por motivos económicos pero, con toda probabilidad, acabaría como una faceta más de la actividad generadora de una cultura en la que la sociedad civil se implicara de forma natural en la protección de la cultura, que es un bien común. Probablemente sería una consecuencia buena de un hecho nefasto como es la crisis".
Museo de arte Thyssen-Bornemisza
“Estoy convencido de que el modelo de financiación público-privada ha llegado para quedarse. No es una cuestión coyuntural que la crisis ha acelerado; cuando volvamos a tener las cuentas saneadas, no creo que el Estado vaya a subir las subvenciones. Lo cual es sano. Está bien y tiene sentido que las empresas participen y se sientan responsables del patrocinio cultural y contribuyan a su conservación porque forma parte de nuestra identidad y valores, somos nosotros y hay que defenderlo”, en palabras de Evelio Acevedo, director gerente del Thyssen- Bornemisza, a eldiario.es
El caso del Museo Thyssen es, por supuesto, diferente al del resto de las instituciones públicas. Fueron pioneros en gestionar de forma privada los fondos públicos. Su presupuesto es este año ronda los 17 millones de euros, en torno a un millón menos que el año pasado. De estos, el Estado aporta 2,2 millones frente a los aproximadamente 3 millones de 2013, y los ingresos propios suman 14,8 millones.
El mayor peso lo tienen las entradas, que representan más de 7 millones, y esperan que este año se incrementen entre el 10-15% (los visitantes bajaron un 25% desde 2012, un año con más tirón del habitual con exposiciones como la de Hopper, Gauguin y Chagall). Pero “no sabemos cómo va a reaccionar el consumo y el turismo, la caída es uno de los grandes lastres para nuestra taquilla”. Por las ventas de libros y demás merchandising ingresan más de 3 millones y por el patrocinio, 1,2. “Para este año hemos sido conservadores en nuestras estimaciones, pero pensamos que va a ser positivo –apunta Acevedo–. Esperamos doblar los más de 600.000 euros del año pasado, e incluso más”.
El programa de los lunes gratis, iniciado el año pasado (de 12 a 16 horas) para visitar la colección permanente, representó un incremento del 25% de los visitantes en 2013. “Ha supuesto una buena inyección de visitantes que demuestra que la sociedad sigue valorando la cultura y tiene necesidad de visitar instituciones culturales, pero el dinero es un problema”, matiza el director gerente. MasterCard y la Fundación BBVA, para el desarrollo tecnológico, son dos de sus grandes mecenas. Y eso que el Thyssen fue de las primeras instituciones en fomentar estas colaboraciones con Caja Madrid durante 10 años.
“Lo importante es que las empresas entiendan que un museo no sólo necesita que paguen exposiciones, sino que también hay vías de colaboración en otras áreas [como su colaboración con BBVA para tecnología]. Eso va calando, al igual que para una empresa es importante el patrocinio por cuestiones de visibilidad y reputación de la marca”, señala Acevedo.
Y ahonda en el vínculo que además se crea con estas fórmulas de colaboración con las entidades privadas: “Hay que tener claro que reformar la Ley de Mecenazgo no va a ser el ungüento amarillo. Pero es bueno empezar. Lo importante es contar con una buena y eficaz herramienta que sitúe a la cultura como un destino de colaboración para las empresas y genere corresponsabilidad".
Museu d'Art Contemporani de Barcelona
Más que deuda, el MACBA,Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, tiene moroso: el Estado le debe aún 1,6 millones de euros de 2012. “Y no confío mucho en recuperarlo", dice su gerente Joan Abellà tras explicar que le comunicaron ese impago en diciembre del 2012, cuando ese dinero ya estaba ejecutado. Por eso, han puesto en marcha un Plan de Sostenibilidad Económica que prevé "el peor de los escenarios" y busca la estabilidad financiera del museo, aunque "es duro ir tan apretado para una institución como esta".
El plan se basa en el compromiso de las instituciones públicas de mantener su aportación en 8 millones de euros y el del MACBA, en aumentar progresivamente los ingresos propios de 2 a más de 4 millones hasta 2017. "Ahora estamos en un 78% que pagan las administraciones y un 22% nosotros, este año se prevé un 76%-24% para llegar al 60%-40%. 2014 está garantizado y, de momento, en 2013 nosotros hemos cumplido".
El presupuesto de este año es de 10,8 millones de euros frente a los más de 14 de 2008. Del total, 8,2 millones proceden de ayudas públicas (992.000 del Estado, 4,3 millones el Ayuntamiento de Barcelona y 2,9 millones la Generalitat) y el resto (2,6 millones) son recursos propios. Como en todos, la venta de entradas es el grueso, con 1,6 millones de euros previstos para este año, seguido de los patrocinios, por los que pretenden ingresar 350.000 euros, así como alquileres, venta de libros, merchandising y coproducciones.
El MACBA también es un caso particular en la gestión de patrocinios. Cuentan desde hace 25 años con una fundación, en la que colaboran 36 empresas, que forma parte del órgano de gobierno del museo y fomenta ese apoyo privado. El objetivo inicial ha sido la compra de obras de arte, pero "con esta crisis les hemos pedido que también vayamos juntos a buscar patrocinadores".
La previsión es sumar este año por estas fórmulas 150.000 euros más que los 200.000 obtenidos en 2012 y con la vista puesta en llegar a los 650.000. "En el futuro la viabilidad pasa por la combinación, como la que proponemos nosotros, muy enfocada a que el financiador mayor sea el cliente fidelizado –concluye Abellà–. El visitante contento es el que da el apoyo y sirve de reclamo para los patrocinadores" que, a su vez, se implican e integran en esa cultura de colaboración mutua.
- Las fotos del Thyssen son de