Víctor Moreno es documentalista. Quizá por eso necesita repasar sus palabras, darles el significado exacto. Y más cuando tiene que hablar del conflicto que le enfrenta con el principal banco de España: el Santander. El objeto de la pugna es su largometraje Edificio España, en el que ha retratado las obras de derribo del interior de la mítica torre madrileña. Una vez que el filme se había estrenado y había participado en tres importantes festivales, el banco, dueño del edificio, se acogió a una cláusula por la que podía vetar la película si la consideraba lesiva para sus intereses. Pero un año y medio después de aquel burofax que impide que el documental pueda proyectarse en salas públicas o privadas, Moreno y su equipo siguen sin comprender las verdaderas razones de esa decisión, ya que en ningún momento se menciona al banco, a sus intereses o a su gestión. Así que han decidido afrontar "una pelea de David contra Goliat" al hacer público el conflicto, bajo amenaza de acciones legales por parte de la empresa de Emilio Botín. El cineasta, con una prometedora carrera y varios premios en su haber, asegura que el suyo es sólo un ejemplo de la clase de sociedad en la que vivimos e invita a reflexionar sobre la necesidad de "hablar sin miedo".
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