Aunque la noticia en cuestión sea de hace una semana, el tema es interesante; la publicación de un mensaje sobre la cancelación de una beca al hijo de Joaquín Almunia que está entre los correos de Blesa ha generado alguna ansiedad entre lectores de eldiario.es. Así Eva Quintanilla Tizón, de Madrid, dice entre otras cosas:
“Me habéis decepcionado. Esto no es noticia. Es un tío protestando a la comisión de becas que le ha cambiado los criterios a mitad del partido. Lo sacáis, y le dáis la apertura, sólo porque hace poco sacasteis a Aznar Jr. ese sí haciendo lobby y presionando a los jefes por intereses. Esperaba más honestidad y menos sensacionalismo por vuestra parte. Podría ser un breve que el padre llamara, pero ¿noticia de apertura? Flipo. ¿Y alguien ha pensado que ese chico no es nadie y no ha hecho nada malo y hoy le está poniendo a parir muchísima gente? Porque yo hubiera protestado exactamente igual, enviando un mail cabreada porque me dejan sin beca, pero lo habéis redactado de un modo que para quien lee rápido este tío estuvo presionando a Spottorno, cuando es mentira. No necesitáis demostrar que al PSOE también le dais caña. Dadle caña con noticias de verdad, no inventadas. Me da mucha rabia que el que he decidido que sea mi diario haga estas cosas propias del peor El Mundo. En fin. Para más profundidad sobre lo que pienso lee los comentarios de HelenaTeruel.”
Y no es la única; Pelayo Cobo, de Gijón, protesta y llama la atención sobre algunos de los comentarios generados por la noticia:
“Publican noticia incompleta y relacionándola con escándalos de enchufes y presiones para contratos (incluido uno de 45 millones de Euros con el que no tiene nada que ver). Un estudiante de apellido ilustre está molesto por perder su beca -como tantos otros casos que se denuncian, también en este mismo diario - pero en ningún caso se explican las razones por las que ésta no se renueva ¿es arbitrario, es una revancha política? Un estudiante que acredita méritos académicos de altísimo nivel es descartado para continuar sus estudios de forma becada y dejándolo sin tiempo de reacción. No se indica si obtuvo la beca sin intermediación alguna. Se pasa por alto además la trayectoria de los miembros de la comisión de becas (Velarde el falangista, Moral Santín…). Podría explicarse el tipo de beca para evitar confusiones: un programa de excelencia no es uno de igualdad de oportunidades (ver comentario #91). Tampoco hay mención al gasto inútil de medio máster, pagando una estancia anual que no generó título. Si Miguel Almunia no ha hecho nada ilegal ¿no se está violando su intimidad al hacer público su correo privado? Me reafirmo al revisar los comentarios más positivamente votados para que reflexionen en la redacción: #3 (106 votos a favor), #54 (97 votos a favor), #64 (91 votos a favor), #69, #74, #101, #102, #106, #110, #111, #116 Y #120 (este no os lo podéis perder).”
Preguntado al respecto el director de eldiario.es, Ignacio Escolar, explica su punto de vista:
“Es cierto que la llamada de Joaquin Almunia al director general de La Fundación Caja Madrid no es ni mucho menos comparable con otros de los escándalos y enchufes en la caja que hemos contado estas semanas, como las gestiones de Aznar a favor de una millonaria inversión en arte o el crédito que pedía la sobrina de Blesa. Hay dos diferencias claves: que el hijo de Almunia tenía razón en su queja -le quitaron la beca unilateralmente un año antes de lo pactado- y que además las gestiones de su padre no lograron ningún trato de favor.
Sin embargo, defiendo que hayamos publicado esa información por una razón. Los correos de Blesa prueban algo importante, que en Caja Madrid había dos ventanillas: una para los ciudadanos comunes y otra para aquellos que tenían acceso directo a sus gestores. No es lo mismo utilizar esa ventanilla VIP para protestar contra una injusticia que para pedir un trato de favor, pero eso no quita para que ese recurso no esté al alcance de todos. Muchos otros estudiantes perdieron su beca en idénticas circunstancias y muy pocos padres pudieron llevar su protesta hasta los máximos dirigentes de la caja.
Confío en la inteligencia de nuestros lectores para entender las diferencias entre cada caso y lamento también los perjuicios que hayamos podido causar al hijo de Joaquín Almunia, que sin duda no tiene ni responsabilidad ni culpa en lo ocurrido. No era tampoco una beca para alumnos sin recursos, sino una beca para estudiantes excelentes. Pero, con estos matices (y muchas dudas), sigo pensando que debíamos publicar esta información.”
Decidir qué es y qué no es noticia es uno de los máximos poderes que tiene el director de un medio, y quizá una de sus obligaciones más difíciles, porque conlleva valorar la información. En el mundo cada día hay millones de sucedidos, pero sólo un puñado se transforman en noticias, por virtud de la decisión de los periodistas, en última instancia de sus directores, en cuyos hombros descansa la responsabilidad final. Las noticias literalmente se hacen, puesto que pasan a serlo en el momento en el que un medio decide que son lo bastante importantes como para ser publicadas. Es habitual, y sano, que los lectores discrepen de la decisión de un director, sea porque desconocen algunos de los factores que le han llevado a tomarla, sea porque no están de acuerdo con los criterios de relevancia utilizados. Lo más importante, sin embargo, es que las razones sean lo más transparentes posibles, dado que no es posible ni deseable someter a referéndum ese tipo de decisiones. A la larga la votación que se ejerce con la lectura (o la no lectura) del medio será la que determine el acierto de quien decide. Y así es como debe ser.
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El máster demediado
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