Este Gobierno del PP, que tanto apela al patriotismo, lanza un mensaje al mundo: matar a españoles sale gratis.
En medio de esta doctrina del shock a la que nos están sometiendo, en la que nos bombardean con descargas de recortes, desempleo, impunidad, subida de la luz, corruptelas varias y dobles raseros, el PP presentaba hace unos días una proposición de ley que limita y casi anula la jurisdicción universal en nuestro país.
Con ello se cerrarán casos abiertos como el que investiga las torturas en Guantánamo, los genocidios de Guatemala y Ruanda, los asesinatos de misioneros en El Salvador o la muerte en Irak del cámara gallego José Couso Permuy por un ataque estadounidense contra el hotel de Bagdad en el que vivíamos los periodistas occidentales que cubríamos la invasión en 2003.
El doble rasero del “orgullo de ser español”
Esta iniciativa es un ejemplo más de cómo el patriotismo del PP sólo es aplicable a ciertos casos. Ser español es un orgullo y una garantía, siempre y cuando usted sea director de banco, infanta, presidente de una compañía eléctrica, integrante de esa élite con herramientas para pagar proporcionalmente muchos menos impuestos que la mayoría, corrupto adinerado y con poder, o político adicto a las puertas giratorias. En todos estos casos, el Estado velará por sus intereses.
Ahora bien, si usted es un honrado trabajador español al que matan en un crimen de guerra en el extranjero, si es víctima de torturas o asesinatos extrajudiciales por parte de otro Estado, el Gobierno de Madrid le dejará de lado.
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Los patriotas
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