Fue el nobel de la paz 2010, Lui Xiaobo, quien advirtió a Li Jianhong de que su situación comenzaba a ser peligrosa. En 2008 recibió una invitación del Departamento de Cultura de Estocolmo para trabajar como escritora durante un año y medio. A pesar de las grandes trabas interpuestas por la policía para salir del país, finalmente logró hacerlo con una condición: podía ir a Suecia siempre y cuando no cometiese actos que “perjudicasen al país”.
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