Contundente, confiado y orgulloso. Así se muestra el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, en sendas entrevistas en ABC y La Razón sobre la reforma del aborto, aprobada en el Consejo de Ministros del 20 de diciembre. "Esta es la ley más avanzada y progresista que hemos hecho desde el Gobierno", dice en ABC, pero también en La Razón: "Es el proyecto más progresista que ha hecho el Gobierno, creo que lo que hemos hecho ahora en España va a abrir un debate en toda la Unión Europea [...]. No solamente en los dos años que llevo en el Ministerio de Justicia, sino en los 30 años que llevo en política, probablemente haya sido la decisión más avanzada y más progresista que he tenido la ocasión de proponer".
"Es un concepto antiguo y superado considerar el aborto como un derecho y no como un drama que debe ser regulado por el legislador. Hemos hecho la primera legislación que está en consonancia con el pensamiento mayoritario de los ciudadanos europeos, con lo que ha expresado su Parlamento, y estoy convencido de que esta iniciativa tendrá continuidad en otros parlamentos de otras naciones europeas", afirma en ABC. Según dice en La Razón: "El aborto no es un derecho, el aborto es un drama, una tragedia personal; en primer lugar para el concebido, que se ve afectado por la frustración de su derecho vital, en segundo lugar, para la mujer, y en tercer lugar, para toda la sociedad. La izquierda tarda mucho en rectificar, pero estoy convencido que esta rectificación se producirá".
¿Hay margen para el cambio en el trámite parlamentario?, le preguntan en ABC: "No se va a renunciar a ninguna de las conquistas en defensa de los de los derechos que ella recoge, se lo garantizo como ministro". Y también en La Razón: "El Ejecutivo sostendrá hasta el final de la tramitación parlamentaria su proyecto". Al fin y al cabo, como dice en La Razón: "Es necesario en España y en Europa que los humanistas defiendan con convicción los derechos de las personas frente al frío e insensible materialismo que en esta materia ha acompañado históricamente las propuestas de la izquierda".
En cuanto a los casos de embarazo tras la violación de una mujer, asegura en ABC: "El aborto no es un derecho, pero tampoco estará penalizado cuando entre en conflicto con derechos fundamentales de la mujer, que tendrá que acreditar ese conflicto. Lo que sí hace la ley es una presunción de que cuando el embarazo es fruto de un ataque a la libertad sexual de la mujer ese conflicto psicológico va a existir, pero la justificación a ese conflicto es el daño a la mujer".
¿Qué opina de los reparos de Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, y de quienes piden libertad de voto en el PP?: "Cualquier miembro del partido que aceptase ocupar un cargo electo o de responsabilidad sustentado en ese contrato que firmamos con los ciudadanos [el programa] no puede decir ahora que tenía reserva mental sobre alguna de las partes de ese programa, y por tanto creo que todos estamos obligados a cumplir ese contrato que firmamos con los ciudadanos", responde en ABC.
Cuando en ABC le preguntan por si se siente apoyado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Gallardón se compara con el ministro de Educación, José Ignacio Wert, el peor valorado en las encuestas del CIS: "Este Gobierno, en estos dos años, ha abordado dos materias que son determinantes para acabar con esa limitación de derechos y posibilidades de progreso que la izquierda había impuesto: la ley de educación y la ley del aborto. Si ambos ministros hemos sido capaces de sacarlo adelante es porque tenemos el respaldo de nuestro presidente, que, en contra de lo que algunos critican, ha demostrado ser un presidente con convicción, con coraje y con capacidad de decisión".
¿Disminuirá el número de abortos con esta ley?, le preguntan en La Razón, después de saberse que con la ley anterior habían bajado en 2012: "A todos nos gustaría que fuese así, pero tengo que decir que ésta es una ley justa, humanista, progresista, sea cual fuera la evolución estadística en el número de abortos que se produzca en España. Lo que hace esta ley es situarnos en el espacio de vanguardia del siglo XXI".
¿Qué ve detrás de la batalla política contra la reforma?: "Hay una soberbia intelectual por parte de la izquierda, hay una profunda irritación por que una mayoría social desautorice las medidas que adoptaron mientras estaban gobernando. El PSOE tiene que aprender que cuando son derrotados en las urnas no solamente pierden el poder político, sino que también son desautorizados en sus postulados ideológicos, y eso es lo que ha hecho el Gobierno del PP".