La ministra de Empleo, Fátima Báñez, no se ha cansado de asegurar que la reforma laboral ya estaba hecha. Sin embargo, lo que el Gobierno ha aprobado este viernes se parece mucho a una vuelta de tuerca a la legislación laboral. El Ejecutivo flexibiliza por completo el contrato a tiempo parcial, permite que las ETT formalicen contratos de prácticas, prorroga la posibilidad de que los contratos formativos no estén ligados a ninguna formación reglada, y fortalece la posición de las empresas en la gestión de las bajas por incapacidad temporal.
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