Iñaki Urdangarin trató de implicar en sus negocios al heredero de la corona, según uno de los correos electrónicos que acaba de incorporar a la causa el exsocio del duque de Palma, Diego Torres. Fechado el 10 de junio de 2003, Urdangarin pide a su cuñado, el príncipe Felipe, que reciba a un empresario amigo suyo con motivo de un viaje a Moscú. El empresario es Joaquim Boixareu, que llegó a estar imputado en el caso Nóos por la constitución de una fundación para niños discapacitados en la que participó el duque y cuya gestión está plagada de irregularidades.
“Felipe, que tal, como te trata la vida… yo aquí ganándome el jornal”. Así comienza el mensaje enviado desde el correo corporativo del Instituto Nóos por Iñaki Urdangarin a un contacto de nombre Felipe. “¿Te acuerdas de Joaquin Boixareu y Marga Fiol? Son unos vecinos nuestros de Barcelona y con los cuales compartimos esquí y mesa en Baqueira”, se encarga de recordar Urdangarin a su cuñado. Se trata de uno de los últimos correos entregados al juez, a los que ha tenido acceso eldiario.es.
Boixareu constituyó la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS) cuando Urdangarin dejó el Instituto Nóos a instancias de la Casa del Rey. La fundación debía tener cómo principales destinatarios los niños discapacitados, pero un informe de la UDEF incorporado a la causa asegura que solo el 1,5 por ciento de sus ganancias en tres años fueron a parar a fines sociales. En total, 620.000 euros acabaron entre 2007 y 2009 en manos de personas y empresas relacionadas con el Instituto Nóos, la organización que obtuvo previamente 5,8 millones de euros de las administraciones del PP de la Comunidad Valenciana e Islas Baleares.
En el correo suministrado por Torres, Urdangarin recuerda a su cuñado que le había hablado de una próxima visita a Moscú organizada por el Instituto de Comercio Exterior (Icex). El lugar, lejos del foco mediático español, parecía el adecuado para mantener una reunión discreta. “Seguramente él debía ir por esas fechas y miraría de combinarlo para ver si os veis en Moscú. Cuéntame algo, please”, concluye su correo Urdangarin. En la última tanda de correos entregada al juez no hay ninguno más que permita conocer si la cita se llegó a dar o cuál era el objetivo exacto de la misma.
Hasta el momento, el príncipe había quedado al margen de la información suministrada por Torres al juez Castro. No así su padre. En una tanda de correos entregada el pasado febrero, Urdangarin aludía a supuestas gestiones de Juan Carlos de Borbón para favorecer la actividad del Instituto Nóos o el monarca aparecía en copia para informar de que el rey recibiría el intercambio de mensajes entre el duque o sus empleados con la princesa Corinna Sayn-Wittgenstein, por aquel entonces amiga personal del jefe del Estado.
El hombre de confianza del rey
En estos últimos correos entregados al juez Castro, hay otro que alude a la fundación FDCIS. Se trata de un documento presuntamente elaborado por el hombre de confianza del rey, José Manuel Romero, el conde de Fontao. En él, se diseña una suerte de hoja de ruta para que Urdangarin abandone el Instituto Nóos, después de que trascendieran las primeras irregularidades en su gestión, y se le diera salida a través de una fundación, que finalmente resultó ser la dedicada supuestamente a niños discapacitados. Según el plan del asesor del rey, los miembros de un recién constituido patronato “proponen invitar al duque de Palma para que asuma la Presidencia de Honor de dicha fundación”.
De los últimos correos tampoco escapa la princesa Letizia. El abogado de Torres, Manuel González Peeters, incluye en su escrito una noticia publicada en los medios según la cual los príncipes cancelaron su fiesta de despedida de solteros en solidaridad con las víctimas del 11M, el atentado que tuvo lugar a dos meses del enlace. Sin embargo, Urdangarin ofrece en otro de los correos incorporados una lista de invitados por parte del príncipe a la fiesta. El correo electrónico está fechado el 13 de abril y el anuncio de cancelación del evento había tenido lugar el 24 de marzo anterior.
Otro correo electrónico destapa cómo Urdangarin cobraba a los escoltas por aparcar en la sede del Instituto Nóos. Así se recoge una factura de 243 euros en concepto de aparcamiento dirigida a la Comisaría Especial de Seguridad de la Casa Real por el estacionamiento de los vehículos de los policías entre los meses de diciembre y marzo de 2006.