Después de que Bruselas pidiese explicaciones a España por el uso de la concertina, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dicho este jueves que se planteará retirar las cuchillas de la valla de Melilla si se acredita que vulneran la legislación de la UE, pero ha subrayado que hasta ahora no tiene indicios de que sea así y que otros Estados miembros también las usan para proteger sus fronteras.
Fernández Díaz mantuvo este miércoles una conversación "larga y cordial" con la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, que había expresado sus dudas sobre las cuchillas, para informarle sobre la situación de Melilla y de Ceuta. Según dice, Malmström no le dijo que esta medida vulnerara la legislación de la UE ni le propuso alternativas.
"Ella estaba en la idea, y me lo trasladó así, de que las concertinas eran un elemento que no era disuasorio y que causaba lesiones graves", ha admitido el ministro del Interior. Su respuesta fue que el Gobierno español considera que se trata de un método pasivo, no agresivo y disuasorio" para frenar avalanchas de inmigrantes.
"Nosotros no conocemos que haya ninguna legislación comunitaria que lo impida. Aquí mismo, en Bruselas, la policía belga en algunas ocasiones lo utiliza y en otros países europeos también. Nos consta que hay fronteras también de Estados de la UE que las tienen instaladas. Pero estamos dispuestos, como no puede ser de otra manera, si se nos acredita que fuera así, a reconsiderarlo", ha dicho Fernández Díaz.
"Pero ni se nos ha acreditado un sistema mejor, no se nos ha aportado un sistema mejor y que resulte igual de eficaz ni al mismo tiempo se nos ha acreditado que esté violando ninguna legislación comunitaria", ha insistido el ministro del Interior.
La respuesta del ministro de Interior español llega después de que la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, anunciase su intención de pedir explicaciones a España por el uso de las cuchillas en la valla de Melilla. El Ejecutivo comunitario mostró sus dudas de que esas concertinas logren disuadir a los inmigrantes irregulares a la hora de intentar cruzar la frontera, e instó a los estados miembros a abrir más canales legales para la llegada de inmigrantes.