El exportavoz del PP Rafael Blasco ha solicitado en las Cortes Valencianas abandonar el Grupo Popular para integrarse en el de diputados sin partido, los no adscritos, en el Parlamento autonómico. Blasco, al que la Generalitat pide 11 años de cárcel por su supuesta implicación en el caso Cooperación, una trama que supuestamente robó dinero del contribuyente destinado a ayudas al tercer mundo, no abandona su escaño.
El exconsejero, uno de los hombres fuertes del PP valenciano desde la época de Eduardo Zaplana, iba a ser expulsado esta tarde del Grupo Popular. Según fuentes del partido, ha optado por no dar batalla –en contra de lo que había insinuado públicamente– al constatar su falta de apoyos entre los otros 54 representantes de su partido en las Cortes.
De hecho, Blasco confiaba en atraer a su causa a varios de los otros 9 diputados autonómicos del PP imputados por casos de corrupción como Gürtel o Brugal. No ha sido así. La dirección del partido se ha empleado a fondo para evitar la conformación de un frente de diputados imputados y el exconsejero de Solidaridad no ha querido que se visualice su soledad, siempre según algunos cargos del PP.
Expulsado del PP por sus críticas, no por corrupción
El ostracismo de Blasco es consecuencia de su implicación en el caso Cooperación, la trama supuestamente creada para expoliar fondos públicos destinados al tercer mundo. Concretamente, los abogados de la Generalitat acusan a Blasco de los supuestos delitos de tráfico de influencias, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos.
Según los servicios jurídicos del Gobierno valenciano, la consejería de Solidaridad y Ciudadanía, dirigida por Blasco, estaba en el centro de la cadena de "acciones y omisiones de funcionarios y cargos públicos que favorecen, contribuyen, conocen, consienten y no impiden el resultado que se alcanza en cuanto a la desviación de fondos públicos".
Sin embargo, no es su presunta participación en este caso lo que le ha costado su puesto en el partido. El PP sólo decidió suspenderle de militancia de manera cautelar pero fulminante después de que el exconsejero criticara al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en una televisión, 13TV.
Fabra ha ganado la primera batalla, pero Blasco no se da por vencido. En su petición de abandonar el Grupo Popular deja abierta la puerta a su regreso: lo solicitará si consigue su readmisión en el partido, que, según afirma, ni siquiera le ha comunicado oficialmente su expulsión.