En plena polémica por la peligrosidad de las cuchillas instaladas en la valla de Melilla, el ministro del Interior intenta convencer de que hay métodos mucho peores para contener a los inmigrantes sin papeles que intentan saltar la frontera. Jorge Fernández Díaz ha explicado hoy que las concertinas no son las cuchillas más dañinas y que los fabricantes han ideado otros modelos más eficaces a la hora de cortar que los instalados en la frontera. La alternativa del PSOE de utilizar drones ha sido desdeñada porque los aviones no tripulados no servirían de freno sino como mero método de detección. "El problema no es verlos sino impedir que salten. Ya sabemos detectar cuántos son", ha explicado el ministro en conversación informal con los periodistas en el Congreso.
El titular de Interior ha asegurado que sigue dispuesto a escuchar sugerencias con la condición de que sean "igual de eficaces" y que la idea de los socialistas no sirve porque no ataja el problema. Como hizo Mariano Rajoy el miércoles, Fernández Díaz ha dicho que las cuchillas son un "sistema disuasorio para no ponérselo fácil a las mafias que llevan a los inmigrantes hasta la valla". Molesto por la polémica, el ministro ha asegurado que a él también le preocupan los derechos humanos, pero que "entrar ilegalmente en un país no es uno de ellos".
Según la lógica de Fernández Díaz, "si una concertina va contra los derechos humanos habría que prohibir su fabricación y comercialización" así que Interior considera que sigue respetándolos. Además, se defiende de los ataques de la oposición al recordar que su uso se implantó durante el Gobierno del PSOE y que el de Rajoy sólo pretende extenderlo. Otros métodos, como aumentar el número de policías, tampoco son una opción: "No podemos poner uno en cada metro de valla".
La número cuatro, la cuchilla arpón
Según ha explicado el ministro, en una escala de uno a nueve las cuchillas tipo concertina ocuparían el puesto número tres de peligrosidad. La siguiente herramienta tiene un nombre menos poético, se llama "cuchilla arpón". Fernández Díaz no ha entrado en detalles de cuáles son sus efectos, pero es fácil deducir que además de cortar se clavan con más profundidad. De esta forma, Fernández Díaz ha intentado justificarse y ha dejado claro que tanto él cómo Mariano Rajoy son conscientes de que sí producen efectos dañinos y pueden costar la vida de la persona que intenta saltarlas. Al ministro se le ha preguntado expresamente si su equipo baraja otras opciones que puedan sustituir a las concertinas, pero ha evitado responder.