El fiscal general del estado, Eduardo Torres-Dulce abrió el año judicial con la mirada puesta en la corrupción. Y fue contundente. A escasos metros , el rey Juan Carlos presidía el acto y escuchaba atento las palabras del jefe del ministerio público. El fiscal general admitió que los ciudadanos están “frustrados” por los “resultados parcos” que obtiene la justicia cuando acomete ese tipo de delitos y alegó las “importantes limitaciones” que tiene el proceso penal cuando se decide a controlar la acción de la Administración. Para el máximo representante del Ministerio Público se impone establecer ”mecanismos de detección precoz” de la corrupción.
El año judicial que hoy comienza verá como se cierra la instrucción de procesos que tienen en el punto de mira a casi todos los protagonistas de la realidad española. El juez Pablo Ruz cerrará en los próximos meses la investigación del ‘caso Gürtel’ que tiene de fondo, en su pieza separada de los ‘papeles de Bárcenas’, la financiación irregular del Partido Popular durante dos décadas. El PSOE, por su parte, ha visto como sus dos últimos presidentes en Andalucía han sido señalados directamente en un auto por la juez Alaya. Además, la monarquía se arriesga aún a que declare ante un juez por primera vez uno de sus miembros, en este caso la infanta Cristina, en el marco del ‘caso Nóos’.
El fiscal general apeló a “aumentar la eficiencia” de los órganos de inspección y control, no solo de la Administración, sino de lo que llamó “corporaciones y mercados”. De hecho, hizo un hueco en su discurso para hablar de las preferentes y defender la labor de la Fiscalía en la investigación de la estafa a los pequeños ahorradores. Ese control de la actividad económica está representada en la Audiencia Nacional con las siete causas que tiene abiertas en la actualidad el tribunal contra los responsables de entidades bancarias.
Cataluña en los discursos
Cinco días después de la última demostración de fuerza del independentismo catalán con motivo de la Diada, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, proclamó este lunes la “indisoluble unidad de la nación española” durante su discurso con motivo de la Apertura del Año Judicial, presidida por el rey Juan Carlos y en presencia de los representantes de las más altas instituciones del Estado. Torres-Dulce dijo que el fundamento de esa unidad es la monarquía, el estado, la nación y la Constitución.
El máximo represente del Ministerio Público ya entró de lleno en las reclamaciones soberanistas de Catalunya cuando forzó la dimisión del fiscal superior en esa comunidad autónoma, Martín Rodríguez Sol, quien vió cómo se le abría un expediente por escribir un artículo en el que consideraba legístimo el derecho a decidir.
Otro de los protagonistas de la frontera en la que lindan frente judicial y aspiración soberanista es Francisco Pérez de los Cobos. El presidente del Constitucional no interviene, por protocolo, en la Apertura del Año Judicial, pero Pérez de los Cobos tuvo ocasión de saludar a los periodistas al término del acto. En ese encuentro se declaró “amante” de la cultura y la lengua catalana, recordó que ha vivido en Barcelona, donde ejerció como profesor universatario, y que por todo ello le duele que se le haya tachado de “anticatalán”. Está previsto que el próximo martes, el Constitucional se pronuncie sobre las recusaciones planteadas a su presidente por Generalitat y Parlament.
Ambas instituciones catalanas alegan que quien ha sido afiliado al PP entre 2008 y 2011 no puede fallar sobre los más de veinte recursos interpuestos por el Gobierno central a decisiones del Govern y la Cámara catalana, entre estos últimos la declaración soberanista. Con toda probabilidad, la recusación será rechazada por el pleno del Constitucional, de mayoría conservadora.
Tres frases, un error
Por su parte, el rey, como todos los años, redujo su participación a dar la palabra dos veces y a declarar abierto el Año Judicial. De esas tres intervenciones, erró en una, ya que al corresponder el turno del presidente del Consejo General del Poder Judicial, dio paso al fiscal general del Estado. El monarca fue pitado a la entrada y a la salida por un centenar de funcionarios de la Administración de Justicia concentrados en contra de la política de recortes del ministro, Alberto Ruiz-Gallardón. Tras charlar unos minutos con el titular de Justicia y otras autoridades, el rey se marchó sin atender, como ha hecho otros años, a los periodistas.
El presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Gonzalo Moliner, llaó por su parte a los partidos políticos al consenso para “el diseño y la organización” de la Administración de Justicia y pidió que ésta no esté sometida a los “vaivenes de cada situación parlamentaria”.